lunes, 16 de noviembre de 2015

Celebracion de la independencia


HISTORIA DE LA CELEBRACION DE INDEPENDENCIA 

La primera vez que se conmemoró el 16 de septiembre fue en un edificio conocido como El Chapitel, en Huichapan, Hidalgo, el 16 de septiembre de 1812, por el general Ignacio López Rayón. Los festejos iniciaron al alba con una descarga de artillería y una vuelta general de esquilas. Luego, López Rayón asistió a una misa con su escolta y una compañía de granaderos. Después tuvo lugar el militar asistió a una "serenata, compitiendo entre sí dos músicas, que desempeñaron varias piezas selectas con gusto de S.E. y satisfacción de todo el público.

Más tarde José María Morelos, en uno de los veintitrés puntos que conforman sus Sentimientos de la Nación, propuso al Congreso de Chilpancingo que en la Constitución en la que por entonces se trabajaba "igualmente se solemnice el día 16 de septiembre todos los años, como el día aniversario en que se levantó la voz de la Independencia y nuestra santa Libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se desplegaron los labios de la Nación para reclamar sus derechos con espada en mano para ser oída; recordando siempre el mérito del grande héroe, el señor Dn. Miguel Hidalgo y su compañero Don Ignacio  Allende". Finalmente, se declaró el 16 de septiembre como día de fiesta nacional en la Constitución de Apatzingán; medida que fue ratificada por los congresos constituyentes de 1822 y 1824.

 En 1825 fue la primera ocasión en que el 16 de septiembre tomó forma de fiesta nacional. Las autoridades de la Ciudad de México publicaron un bando en el que se pidió a los ciudadanos iluminar sus casas, ventanas y balcones con cortinas, flámulas y gallardetes. El presidente de la República, Guadalupe Victoria, recibió felicitaciones de diplomáticos y corporaciones eclesiásticas y civiles. Después se efectuó un desfile que llegó a Palacio Nacional. Por la tarde se realizó un paseo en la Alameda y bailes de cuerda, en los que participaron músicos militares. Por la noche hubo fuegos artificiales.

Los primeros gritos tenían un carácter a un tiempo cívico y religioso, ya que participaban tanto las autoridades políticas como las eclesiásticas. El escritor Luis González Obregón señala que "los días 17 (de septiembre) era costumbre celebrar en nuestra gran Basílica una misa de gracias por los héroes muertos. La fiesta del 16 tomó un carácter enteramente laico a partir de 1857”. La celebración se suspendió en 1847, durante la Intervención estadounidense en México, aunque "en muchas poblaciones de la República el Grito fue conmemorado dignamente”. Durante la Segunda Intervención Francesa en México, Maximiliano de Habsburgo oficializó la celebración. En 1864 se trasladó a Dolores, donde dio el Grito desde la ventana de la casa de Hidalgo.


Aunque existe la versión popular de que Porfirio Díaz decretó adelantar el grito un día para que coincidiera con su onomástico, la primera vez que se conmemoró el 15 de septiembre fue en 1846, con una serenata frente a Palacio Nacional y una velada en la Universidad. Según el Primer calendario liberal, arreglado al meridiano político de la Federación para el año 1852, las ceremonias del día 15 siguieron celebrándose, pues ese año hubo repiques, función patriótica de teatro y salvas de artillería. Incluso el propio Benito Juárez, en plena huida durante la intervención francesa, dio un emotivo grito la noche del 15 de septiembre en la hacienda de San Juan de la Noria Pedriceña, en Durango.

Actualmente se realiza en medio de un ambiente solemne apegado a las disposiciones legales sobre el uso de los símbolos nacionales, basado en una férrea tradición que se ha afianzado con el paso de las décadas. Para recordar ese hecho, cada año a las 11 de la noche del 15 de septiembre, los titulares del Poder Ejecutivo en los distintos niveles de gobierno —presidentes municipales (o jefes delegacionales en el Distrito Federal), gobernadores y el Presidente de la República—, así como los embajadores en las representaciones en el extranjero, portando una bandera nacional, dirigen a la población reunida una arenga, la cual por lo regular incluye las siguientes frases:

¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Viva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la independencia nacional!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
Inmediatamente el orador tañe una campana y ondea la bandera. Después todos los asistentes cantan solemnemente el Himno Nacional, para luego dar paso a una verbena popular que puede incluir fuegos artificiales y música folclórica. Los festejos se completan con un desfile militar la mañana del día siguiente. Se trata de la celebración principal del calendario cívico en México.

viernes, 30 de octubre de 2015

Día de muertos.


 Celebración del dia de muertos.


El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos.Se celebra principalmente los días 1 y 2 de noviembre, aunque en algunos lugares comienza desde el 31 de octubre, coincidiendo con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Es una festividad que se celebra en México y en países de América Central, así como en muchas comunidades de los Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La Unesco ha declarado la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El culto a la muerte en México no es algo nuevo, pues ya se practicaba desde la época precolombina.3 Asimismo, en el calendario mexica, que se localiza en el Museo de Antropología, se puede observar que entre los 18 meses que forman este calendario, había por lo menos seis festejos dedicados a los muertos.
Posteriormente, los evangelizadores cristianos de tiempos coloniales aceptaron en parte las tradiciones de los antiguos pueblos mesoamericanos, fusionándolas con las tradiciones europeas, para poder implantar el cristianismo entre dichos pueblos.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones desde la época precolombina. Entre los pueblos prehispánicos era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "La Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
El paso de la vida a la muerte es un momento emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser humano a través de la historia. Por muchos años, en diversas culturas se han generado creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones; uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la vida, la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ellas.
De cualquier modo, hay que destacar que esta celebración no es propia de todos los mexicanos puesto que, pese a ser una fiesta que se ha convertido en un símbolo nacional y que como tal es enseñada (con fines educativos) en las escuelas del país, existen muchas familias que son más apegadas a celebrar el “Día de todos los Santos” como lo hacen en otros países católicos. Además, cabe mencionar la fuerte influencia de los Estados Unidos que, al menos en zonas fronterizas, se evidencia con la presencia de la fiesta conocida como Halloween, la cual se celebra cada año con más frecuencia y en un mayor número de hogares. De ahí también que exista una inquietud entre los propios mexicanos de querer preservar el Día de Muertos como parte de la cultura mexicana sobre otras celebraciones parecidas.



viernes, 11 de septiembre de 2015

MAPA "LAGOS DE MEXICO EN 1519"


RESEÑA LIBRO "TORTOLERO"

La edad del agua se dividió en tres edades: la primera fue de orden cosmológico, se creía que el agua era una fuerza primordial que engendra, vivifica y regenera; la segunda era fue religiosa donde explica que el agua no podrá ser corruptora y el contacto con el cuerpo desnudo está prohibido; la tercera edad es científica, en esta primordialmente se descubre la fórmula del agua “H2O” también que no es un elemento, sino que está integrada por 2 elementos: Hidrogeno y Oxigeno.

Aristóteles pensaba que las lluvias no eran suficientes para rellenar los mantos acuíferos, pero en 1760 Perrault mide la altura de las lluvias en la cuenca superior del Sena y constata formalmente que las precipitaciones alimentaban los mantos, por otra parte Heráclito afirmaba que nadie podía bañarse dos veces en el agua del mismo rio.

Los mexica creían que la lluvia era producida por los Tlaloque, deidades que habitaban los cerros. Para las sociedades anteriores a la invasión europea, el universo se encontraba en tres partes: el superior, el inferior y el nivel intermedio.

El signo “Atl” (agua) se percibía como peligroso y cuando un niño nacía bajo ese signo los papás esperaban a un “Baño purificador” con el fin de encontrar un signo más favorable.

Para los indígenas los lagos de Xochimilco, Chalco, Texcoco, Xacotlan y Zumpango, eran fuente de vida pero también eran causa de inundaciones, además se practicaba la agricultura chinampera aprovechando el exceso de agua para hacer un cultivo de tierra, se desarrolló un sistema de canales que hacían incomparable el tráfico de mercancías. Todo esto ocasionó que los indígenas destruyeran bosques, desviaran ríos y propiciaran los azolvamientos del lago por erosión de zonas desgastadas.

En la conquista hubo una destrucción ecológica donde se quemaron bosques y otros ecosistemas para abrir paso a las ganaderías además se crearon presas.

Los españoles construyeron su ciudad sobre las ruinas de Tenochtitlan, en octubre de 1555 ocurre su primera gran inundación por lo que construyeron un nuevo duque para impedir más inundaciones. Para ellos la mejor agua se encontraba en las montañas y la peor agua se encontraba en los lagos y lagunas, por esta razón fray Andrés de San Miguel afirma que drenar la ciudad es sanarla.

Los tres siglos de dominación española dejaron el sistema de diques, presas, acueductos, albarradones y obras de origen indígena pero el problema fundamental eran las inundaciones pero en la segunda mitad de esa centuria la demanda del agua comenzó a crecer. La infraestructura hidráulica de México constituía en cañerías de barro subterráneas pero además el agua se perdía por robo y filtraciones

En el siglo XIX se presentaron dos situaciones que provocaron un cambio en el manejo del agua; por un lado el Estado recupera sus funciones centralizadoras impulsando el desarrollo del país y también México se ve influenciado por el manejo higiénico del agua ya que en Francia y en varias partes del mundo ocurrieron casos de Cólera. Lo que provocó que se desecaran pantanos, que construyera un buen sistema de drenaje y abastecer de agua potable a varias partes de la República.

Los dos principales lagos que se desecaron fueron el Lago de Chalco y el Lago de Texcoco. El lago de Chalco al desecarlo sus tierras se aprovecharon para el cultivo. Sin embargo las tierras del Lago de Texcoco contenían un alto grado de salinidad que era inapropiado para la agricultura por lo que ahí solo se sembró arbustos, hierbas y betabel.

Unas de las desventajas de este manejo del agua fueron el asentamiento de todas las fábricas industriales (ferroviarias, textiles, papeleras, entre otras) que provocaron la contaminación del agua. Por lo que para el año de 1910 se promulgo la ley Federal de Aguas.